Presencia Global
9 de Agosto de 2018 | 13:59
Opinión

Vehículos a motor y un taller en Vallecas

 

Hubo un tiempo en el que a nuestros antepasados se les antojaba muy extraño un coche. ¿Qué era ese extraño vehículo de cuatro ruedas capaz de moverse por sí solo, mediante un ingenio mecánico, y no, gracias al esfuerzo y el sudor de un caballo? Históricamente, el ser humano ha rechazado los cambios que empiezan a abrirse paso, de manera gradual y en aparente silencio, hasta sustituir poco a poco a «lo de toda la vida». Hoy, nos parece extraño que eso haya podido ocurrir con los coches y con los vehículos a motor en general, puesto que, son un elemento imprescindible de la vida cotidiana de cualquier persona. Pero así fue y resulta interesante mirar atrás y comparar con hoy.

 

Aunque nosotros, como individuos, no tengamos coche o, carezcamos de intenciones reales y ganas de sacarnos el carnet de conducir, los vehículos a motor están en nuestra realidad y no podemos escapar de ellos. Tampoco tenemos por qué hacerlo. ¿Cómo nos trasladaríamos en poco tiempo a nuestro lugar de trabajo o cómo llegaríamos a la hora a una reunión familiar, si no usáramos el transporte público, sea un autobús, un tren o el metro? Por eso, es bastante fácil localizar talleres de reparación casi al doblar cualquier esquina. Hay talleres en Vallecas, en Madrid, en Ciudad Real, en Salamanca, en Gijón, en Barcelona, en Ibiza… En fin, en todas partes.

 

Porque, cualquier persona con suerte que tenga un coche propio sabe esto: que se estropee y tengas que estar unos días sin sacarlo, es angustioso. Es como estar días sin internet, otra herramienta esencial de la vida moderna. Por eso, siempre conviene tener localizado un buen taller en Vallecas o, en cualquiera de los sitios anteriormente mencionados, pues nunca se sabe cuándo los vamos a necesitar. Porque, además, la cuestión es que dicho taller en Vallecas se convertirá casi en un lugar de culto, aunque todo lo que necesitemos sea acudir para un chequeo. No se resistan y acéptenlo: los coches de caballo ahora son una reliquia del pasado, aunque nos parezcan románticos. La tecnología facilita nuestras vidas.