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12 de Diciembre de 2019 | 14:36
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Una idea brillante, un coche con conductor

Desde hace algún tiempo, me rondaba la idea de aprovechar un puente o guardarme unos días de vacaciones para visitar la ciudad de Madrid y alrededores. Toledo era otra de las ciudades que quería visitar, el motivo principal, además de recorrer de palmo a palmo sus calles, era admirar en vivo y en directo su catedral; desde que la vi por primera vez a través de unas fotografías, mi sueño era encontrarme un día frente a ella.

Pues bien, dicho y hecho, me cogí unos días y me fui en autobús a Madrid. Mi idea era, una vez allí, alquilar un coche para moverme por Madrid y visitar los lugares más emblemáticos, visitas a museos, compras por el centro etc y después dirigirme a Toledo. 

Moverse por Madrid con un coche de alquiler, con google maps, un tráfico denso y como misión imposible, la búsqueda de un lugar donde aparcar, fue mucho más caótico y estresante de lo que imaginaba. Se me iba el tiempo encerrada en el coche.

Cuando ya estaba dispuesta a devolver el coche de alquiler y renunciar a seguir con lo planeado, una brillante idea me asaltó mientras saboreaba un exquisito café en la terraza de un bar, buscar una empresa de alquiler de vehículos con conductor. Dicho y hecho, con el servicio de alquiler de coche con conductor, disfruté de esos días como merecía, visité lo que me quedaba por ver de Madrid y después carretera a Toledo, la catedral era impresionante, indescriptible, y Toledo me cautivó tanto que entre mis planes futuros esta el de volver.

No pude tomar mejor decisión justo antes de darme por vencida. Recorrer cómodamente Madrid, sin estrés y sin volverme loca para encontrar aparcamiento. Además, a la larga sale mejor, económicamente hablando, si contamos con las vueltas y vueltas, rodeos y más rodeos para dar con los sitios y para aparcar; por otro lado, si elegimos un parking porque no nos queda otro remedio, el coste es bastante alto, 

El alquiler de un coche con conductor sale rentable desde el punto de vista de la tranquilidad, la comodidad, la seguridad, el tiempo que ganamos y también, la parte económica. Tiempo que aprovechamos para lo que verdaderamente hemos venido a hacer a Madrid y alrededores, y no para perderlo en atascos, búsquedas y un lugar imposible para aparcar.

No hay nada como llegar ante el museo, por ejemplo, bajar del coche en la misma puerta y que vuelvan a la hora acordada a buscarte. Eso no se paga con dinero.