Presencia Global
10 de Junio de 2019 | 10:42
Marketing

Qué es y para qué sirve el outsourcing

El outsourcing es la práctica de subcontratar los servicios de otras empresas. Así, son externos quienes hacen el trabajo especializado de los que la empresa principal se encargaba antes. Por lo general se trata únicamente de tareas secundarias, a fin de que la principal se encargue de ofrecer su servicio estrella. Este tipo de subcontrataciones son con contratos temporales o de tareas específicas.

Lo primero que se hace atractivo de esta práctica es que se ahorran costes. En caso de que sea con personal o miniempresas extranjeras, por ejemplo, se puede llegar a un buen acuerdo de ambas partes, en caso de que el otro país tenga un sueldo comparativamente menor y que sea suficiente. También al delegar tareas y pagar por ellas en específico, se evitan todos los costos de un trabajador cuando tiene una contratación fija.

Otra ventaja es la eficiencia. Como cada una de las empresas se concentra en su tarea en específico, puede dedicarle mayor esfuerzo y hacerla mejor. También mejora la calidad del producto y/o servicio que se ofrezca ya que cada quien se enfoca en su área de experticia, por lo que suben los estándares mínimos.

Al mismo tiempo, se puede expandir el catálogo de los servicios que ofrece la empresa principal, por lo que responde mejor ante las necesidades de los clientes sin bajar en calidad, y de varias formas para dar respuesta a la mayor variedad de demandas posibles.

Al no tener especialistas en cada área, es conveniente la subcontratación, para contar con el personal adecuado para ello, sin tener que hacer más. Resulta más fácil subcontratar una empresa outsourcing marketing digital que ya cuenta con especialistas, que conseguir una persona aparte que tenga la capacidad.

Un punto demasiado importante a tener en cuenta del outsourcing es que no se debe subcontratar los pilares fundamentales de la empresa principal. Es decir, tecnologías o competencias fundamentales, se deben quedar a cargo de la principal, a fin de que ésta pueda enfocarse en ello.

El quid está en buscar delegar lo demás y así poder reforzar las bases para hacer un trabajo cada vez mejor y que se diferencia de la competencia. No sale rentable de ninguna manera delegar a los competidores aspectos clave y esenciales propios.

El reto que existe está en disponer de una buena logística que responda ante la necesidad de estas relaciones comerciales. Saber gestionar todos los procesos hará que se hagan cada vez más eficientes los subcontratos y dará mejores resultados a los clientes.