Presencia Global
11 de Febrero de 2022 | 14:47
Seguridad y Vigilancia

¿Por qué las cámaras de vigilancia son tan útiles?

Cuando pensamos en cámaras de vigilancia analógicas,o digitales, más o menos modernas, siempre imaginamos escenarios que se alejan mucho de nuestra vida cotidiana. ¿Acaso nosotros, gente común y corriente, vamos a necesitar videovigilancia para algo en algún momento de nuestra vida? Lo cierto es que sí, hay muchas circunstancias en las que algo así puede ser posible. Para empezar, si regentamos algún tipo de negocio de cara al público, claramente la inversión en seguridad no solo es recomendable, sino obligatorio. Cuidamos nuestro local, nuestro sustento, a fin de cuentas, igual que nos cuidamos a nosotros mismos de la pandemia del coronavirus.

Siguiendo con esta metáfora tan de actualidad, hay que hacerse a la idea en estos casos de que la instalación de cámaras de seguridad es una acción tan trascendental para nuestra tranquilidad como el acto de acudir a cualquier tienda a adquirir un nuevo lote de mascarillas homologadas o geles hidroalcohólicos. Porque la cámara de seguridad se complementa con las puertas reforzadas y con las alarmas conectadas a la policía, un tándem que asegurará que nadie entre en nuestra tienda u oficina, da igual lo que sea, a robar dinero o sustraer objetos y productos caros de nuestro stock.

¿Podemos pensar que, más allá de la circunstancia de tener un negocio personal o familiar, existen otras en las que adquirir cámaras de vigilancia es fundamental? Bueno, existen numerosos modelos interesantísimos que, de hecho, son básicos en la seguridad de locales y espacios públicos de mayor envergadura. Sin ir más lejos, las modernas cámaras de seguridad IP de funcionamiento en red, y que además presentan un buen número de ventajas de uso, son muy tentadoras. Aunque, en nuestro caso, si por ejemplo queremos vigilar nuestro hogar, tal vez porque nos vamos a ir de vacaciones durante dos semanas o más, las analógicas sirven con la misma eficacia.

La moraleja, en cualquier caso, es la que sigue: la videovigilancia no está solo destinada al nicho de los servicios públicos y las grandes corporaciones; a nosotras, ciudadanos de a pie, también nos puede resultar muy práctico utilizar cualquiera de estas cámaras.