Presencia Global
18 de Mayo de 2018 | 08:39
Opinión

Pastelería creativa en televisión

 

Actualmente, la televisión no es un entretenimiento tan limitado como lo era antaño. Al principio, solo había un canal y después, ese único canal dio paso a otros cinco. Ahora mismo, tenemos como mínimo una veintena de canales sólo en la tele pública, que van desde los generalistas hasta los temáticos. En ese grupo, encontramos canales de telenovelas, canales infantiles, canales de deportes y muchos más. Si ampliamos nuestra oferta televisiva apuntándonos a una televisión de pago, tenemos otros muchos, como canales de historia y de ciencia, noticias en otros idiomas e incluso canales de cocina. Estos últimos suelen triunfar porque, además de útiles, son relajantes.

 

Al fin y al cabo, no solo podemos ver a muchos y muchas chefs cocinando especialidades y exquisiteces culinarias sino que también podemos elegir qué tipo de exquisiteces. Por ejemplo, la repostería. Porque la repostería nos gusta a todos. Ya hablemos del tradicional roscón de Reyes, de una tarta de queso o de unas galletas de pepitas de chocolate al más puro estilo americano. De hecho, cuando paseamos por la calle, rumbo al trabajo, a cenar con unos amigos o, simplemente, paseando al perro, la mayoría de nosotros solemos pararnos a admirar un rato los escaparates de las pastelerías industriales de Madrid y de cualquier otra ciudad. No solo porque nos parezcan apetitosas, sino porque nos parecen puro arte.

 

Esa es, al fin y al cabo, la magia de las delicias de la repostería: combinan las sensaciones gustativas con la estética más original, atrevida, elegante y colorida. Son, dicho de otro modo, esculturas comestibles y elaborarlas es tan complicado que, cuando asistimos al proceso, nos da pena comerlas. Por suerte, las fábricas de pastelería fabrican estas maravillas en masa y no pasa nada por comerse una. Además, el ciclo eterno de crearlas y comerlas nos permite disfrutar de ellas indefinidamente y, claro está, ver cómo los expertos las hacen en televisión. Incluso, podemos animarnos nosotros mismos a intentar hacer un postre original, aprovechando la excusa de alguna ocasión especial. Hagan la prueba, inténtenlo en Navidad o en su próximo cumpleaños. Pero, sobre todo, disfruten mucho.