Presencia Global
24 de Abril de 2018 | 13:44
Opinión

Mudarse, un bello plan

 

Mudarse puede ser un bello plan, todo depende de los ojos con los que lo miremos. Como todo en la vida, nuestra percepción de las diferentes situaciones a las que debemos enfrentarnos, tanto a las de tipo laboral, sentimental, familiar… nos llevará al más absoluto pesimismo y desconcierto o al optimismo y la fortaleza. Nuestra actitud es fundamental para salir airosos de cualquier trance o, por lo contrario, caer en el victimismo y, en lugar de ver oportunidades y soluciones, ver problemas y excusas sin fundamento.

 

En el transcurso de nuestra experiencia vital, experimentaremos momentos dulces, amargos, tristes, alegres, serios, divertidos y eso, precisamente, es la esencia de la vida. La clave está en tener la actitud correcta para cada circunstancia que se presente. Todo es tan complicado o tan sencillo como queramos hacerlo. De hecho, ante una misma realidad, unos lo ven todo negro y otros lo ven como un reto. Lo que acontece es idéntico, pero cada cual toma un camino, una actitud.

 

Entonces, vamos a poner un ejemplo. Imaginemos que estamos residiendo en Madrid y que nos llega la oferta de trabajo que tanto llevábamos esperando. La cuestión es que el empleo que nos ofrecen es en canarias. Mientras que uno se echaría las manos a la cabeza y empezaría a darle vueltas a la cabeza sobre los kilómetros y kilómetros que le separan de las islas; todo lo que deja atrás, familia, amigos; el traslado, no es lo mismo irse con todos los bártulos a una ciudad dentro de la península que hacerlo, nada más y nada menos, que a las islas canarias y así, con todo. Otro, sin embargo, estaría más que encantado, primero, porque la oferta de trabajo lo merece y, después, porque un cambio de aires no le viene mal a nadie, nuevas personas que conocer y un nuevo lugar por descubrir con todos los alicientes que ello conlleva. Además, estamos hablando de Canarias, las islas de la eterna primavera, una climatología perfecta y el mar para disfrutarlo al máximo todo año. ¡Qué más se puede pedir!

 

Como ya hemos podido comprobar con el ejemplo, mientras que para uno es una situación angustiosa que empaña totalmente la buena noticia, una excelente oferta laboral; para el otro, todo es positivo, el empleo, el cambio, la aventura de vivir en otro lugar…

 

Mejor adoptar la actitud del segundo y afrontar la situación y emprender la mudanza con ilusión y ganas. Como ya hemos mencionado con anterioridad, todo es tan complicado o tan sencillo como queramos verlo.

 

Una persona con mente abierta y positiva comenzará a pensar en los pasos que tiene que dar y, acto seguido, tomará acción. Lo primero, contactar con una empresa de mudanzas que se ocupe del traslado de todo aquello que queremos llevar al que será nuestro hogar en las islas. El resto, mobiliario y demás enseres de los cuales no queremos desprendernos, pero, no queremos llevar al piso que hemos alquilado allí, los podemos poner a buen recaudo en un alguno de los muchos trasteros en Las Palmas. Y, si llegado el momento, nos establecemos definitivamente, ya podríamos plantearnos el comprar una casa y llevar el resto de las cosas que dejamos guardadas en ese trastero.