Presencia Global
15 de Mayo de 2019 | 10:26
Emprender

¿Es posible emprender en el negocio de las bibliotecas?

Aunque a día de hoy sea posible emprender en cualquier tipo de sector privado, algunos se prestan mejor que otros a la creación de un negocio.

Si establecemos las empresas online como una categoría en sí misma, por ejemplo, no cabe duda de que siempre será preferible invertir créditos rápidos, ayudas o ahorros de cualquier clase en ellas, puesto que la plataforma virtual nos permite un ahorro considerable en materias como distribución de stock o alquiler de oficinas.

De hecho, en el ámbito de la contratación de personal, muchas empresas fundamentalmente gestionadas a través de internet están empezando a adoptar el modelo de ruptura geográfica par contratar a trabajadores de cualquier lugar de España, pues no necesitan trabajar en un local físico.

Tal es el caso de numerosos e-commerces, que disponen de trabajadores de atención al cliente en varias regiones diferentes del país, o de las agencias de publicidad, pues los redactores de contenido, los expertos en posicionamiento o los CM son a menudo autónomos o freelances.

Sea como sea, emprender es, en algunos casos, más sencillo, y estos ejemplos así lo demuestran. Pero ¿qué ocurre, por ejemplo, con ámbitos empresariales que ya están cubiertos en gran medida por la financiación pública?

Tal es el caso de las bibliotecas, pues en cada país, comunidad autónoma o ciudad existen bibliotecas públicas y autonómicas directamente financiadas por el estado.

Cualquiera podría pensar que invertir en una biblioteca privada es una pérdida de tiempo.

Pero nada más lejos de la realidad. Existen muchos tipos de biblioteca, y no solo las que acabamos de mencionar.

De hecho, las bibliotecas privadas son un negocio con futuro cuando son especializadas y las crea y gestiona directamente una empresa de un sector determinado.

Un negocio dedicado a la creación e innovación tecnológica puede, si crece lo suficiente, invertir préstamos online en la edificación y gestión de una biblioteca especializada en esa temática.

Un instituto de astrofísica independiente podría crear una sala de consulta nutrida con libros y documentos audiovisuales.

Una librería podría incluso expandirse y permitir espacios de lectura, préstamo o alquiler. Las posibilidades son numerosas.