Presencia Global
26 de Septiembre de 2019 | 12:58
Pastelerías

Ducha y desayuno con alegría y energía

Levantarnos por la mañana temprano para acudir a nuestra cita diaria con el trabajo, no es que sea agradable sino, más bien, lo contrario. La mayoría deambulamos por la casa como auténticos zombies. Una ducha nos ayuda en la difícil tarea de abrir los ojos un poco más y poner en acción a un cuerpo, todavía dormido. Después el desayuno y, aquí entra una cuestión muy importante, el desayuno es fundamental para empezar con energía y ganas; de tal manera que, no es lo mismo ver una solitaria taza de café en medio de la mesa que una taza de café, y junto a ella, una bandeja de exquisitos pasteles, o unas magdalenas, o unas rosquillas de anís, unas palmeras, o unas tostadas con mantequilla y mermelada y, por supuesto, un vaso de zumo de frutas natural y recién exprimido.

El café es un buen remedio para despertarse del letargo, su humeante y delicioso aroma es espectacular, pero si lo acompañamos con productos elaborados por maestros reposteros que, con dedicación y mimo, nos preparan en las fábricas de pastelería, mucho mejor. Pastelerías industriales de Madrid que lo mismo ofrecen productos tradicionales con sabores clásicos, que galletas elaboradas con recetas tradicionales pero con un toque innovador, o postres sin azúcares añadidos para personas diabéticas, o para quiénes están siguiendo una dieta baja en calorías.

En definitiva, energía y alegría, la que nos dan estos exquisitos y deliciosos productos que salen de las fábricas de pastelería; energía y alegría para sobrellevar el día a día, el trabajo, las tareas domésticas. Porque, una cosa es cierta, cuando tomamos algo dulce, es difícil no sonreír. Algo tiene el chocolate, la nata, el merengue, el limón, las fresas que, en forma de pasteles, tartas, galletas o bocaditos, nos insuflan una dosis de alegría. Y, una cara sonriente conecta mucho mejor y facilita la comunicación con los empleados, o con el jefe, con los compañeros de trabajo, con los amigos, con la pareja, con los hijos…

Así que, cada vez que te levantes de la cama para comenzar la jornada, vamos a rodear esa flamante taza de café con unas galletas de chocolate, o unas magdalenas recién hechas, o unas tostadas con mermelada y un buen vaso de zumo de naranja, por ejemplo. Créanme que merece la pena poner el despertador quince minutos antes y darse el gusto de disfrutar del desayuno como nos merecemos. en lugar de ir con el tiempo justo y no poder tomar sino una pequeña taza de café y nada más.