Presencia Global
11 de Enero de 2020 | 23:07
Economía

Cómo ahorrar y en qué emplear esos ahorros

Ahorrar es importante, puesto que es una manera de garantizar que tendremos dinero a largo plazo. Sin ahorros, puede que algún momento tengamos que afrontar dificultades financieras que, de otra manera, y con la adecuada planificación, no tendríamos que afrontar. Sin embargo, lo realmente difícil a la hora de tomar la decisión de ahorrar es hacerlo en función del dinero que percibamos mensualmente o, en el caso de trabajadores autónomos, por facturación. En ello estriba el principal obstáculo, ya que no podemos controlar quién nos contrata o despide, ni el dinero que ganamos.

Además, tampoco podemos controlar ni predecir accidentes, emergencias o eventualidades inesperadas. Por ejemplo, un viaje familiar de urgencia con el que no contábamos, o un gasto inesperado porque se nos ha estropeado un electrodoméstico o nuestro ordenador personal, importante si además lo usamos para el trabajo diario. Siempre podemos, en esos casos, recurrir por ejemplo a préstamos online, ya que suponen una inyección extra de dinero al margen de los ahorros. No obstante, puede que incluso para poder solicitarlos necesitemos precisamente esos ahorros, de modo que siguen siendo importantes.

Por otra parte, no todo el dinero que ahorramos va destinado siempre a emergencias. A lo mejor tenemos un objetivo claro en mente y ese objetivo no necesariamente es un accidente o la prevención de un accidente, sino por ejemplo unas vacaciones. Puede que, de hecho, queramos destinar todo nuestro colchón económico a caprichos, dejando el dinero mensual general para gastos más importantes, como el alquiler, la comida, las facturas, el mantenimiento del coche, la matrícula en un curso importante o incluso los mencionados microcréditos.

En realidad, cada persona decide cómo y de qué manera gestiona sus ahorros. Lo importante, al final, es tenerlos, ya que luego hay cientos de maneras de aplicarlos. En cualquier caso, siempre deberíamos ahorrar estableciendo una relación equilibrada entre lo que ganamos y lo que podemos permitirnos ahorrar, pues de otro modo nuestros propios ahorros nos acabarían asfixiando. Planificar bien los ahorros y, siempre que sea posible, establecer objetivos claros, es lo mejor que podemos hacer. Eso sí, tenemos que aprender a esquematizar.